domingo, 27 de junio de 2010

Jane 2

Aquella carta me perturbo el día con gratos recuerdos. Fue hace mucho cuando nos vimos por primera vez, en un bar a media noche, ambos habíamos ido con amigos sin embargo cuando nuestros ojos se cruzaron fue inevitable que bailásemos juntos, había algo que nos impedía no hacerlo. Así empezó todo con una gran canción. O al menos después de tanto tiempo así es como lo recuerdo yo. Mientras el resto seguía su ritmo, para nosotros el tiempo iba muy deprisa. Fue cuando acabo la canción cuando me dijo:
- Perdona, que me metiese a bailar contigo sin ni siquiera preguntar, no sé bien por que lo he hecho no suelo ser así.
- Bueno no te preocupes me ha encantado, adoro bailar y más con un chico que sabe tanto.
- ¿Cómo te llamas?
- Jane, ¿y tu?
- Jane…-se quedo pensativo, estaba claro que una chica tan hermosa tenía que tener un nombre autentico, y tan encantador como Jane-
- Si…
- ¡OH! Perdona, estaba pensando que era muy bonito nombre.
- Gracias
Así continuo la noche poco a poco nos fuimos haciendo más amigos coincidíamos en música, y las risas y los chistes empezaron a asomar al poco rato con los nervios el alcohol y los bailes. Parecía como si el resto del mundo mis amigas sus amigos hubiesen desaparecido y solo estábamos él y yo para conocernos profundamente en la larga noche que se avecinaba.
Ese fue el inicio de una bonita relación: el estaba empezando a trabajar como fotógrafo, viajaba mucho y empezaba a realizar para distintas revistas de viajes largos reportajes de distintos países: Lituania, Alaska, Madagascar, etcétera.
Yo estaba estudiando, sin mucho éxito, una carrera en la universidad, sin embargo lo que realmente deseaba era unirme a un grupo de rock y tocar, sentir la música corriendo por mis venas, y disfrutar de las maravillas de un concierto. Sin embargo esto último se me presentaba como algo imposible, dadas mis dotes de canto y mi habilidad con los instrumentos.
Él me pintaba el mundo a través de sus fotos, historias y relatos. Y yo le deleitaba con la mejor música de la historia del rock internacional habida y por haber, le llevaba a conciertos y por supuesto el baile nunca paraba.
Nuestras citas cada vez eran algo más normal y más a menudo, llegamos a hacernos íntimos amigos, sí, de esos amigos que hasta entonces daba por imposible encontrar ya que siempre había acabado en algo más, sin embargo a pesar de aquel baile, parecía que la vida nos presentaría como a dos grandes amigos que no se pueden separar. Tanto él como yo nos empezamos a contar nuestras vidas pasadas y todos aquellos baches que nos habían hecho sufrir y de los que ahora nos reíamos tanto.
Sin embargo llegó el día en que toda esa confianza que teníamos depositados el uno en el otro pareció aterrizar en la tierra y mi teoría se cumplió de nuevo. Habíamos quedado para ver una lluvia de estrellas, decían que podías pedir un deseo y las estrellas se encargarían de hacerlo realidad. Fuimos a un descampado alejado de la contaminación, del ruido a ciudad, civilización y humanidad. Y allí estaban las estrellas, de vez en cuando alguna parecía querer fugarse del cielo,
- ¿Qué deseo as pedido, Jane? – me pregunto tímidamente.
- Eso no te lo puedo contar es un secreto entre las estrellas y yo.
- ¿Quieres saber lo que pedí yo? Pedí, que la chica más bella, con la que paso tantos ratos estupendos y con la que me entiendo tan bien un día acepte y quiera ser mi novia.
- Que bonito
- Jane, ¿Quieres ser mi novia?


Así empezamos a ser novios, una bonita y duradera relación, mi carrera avanzaba a base de golpes con la realidad, y él cada vez iba teniendo más trabajo e iba siendo más conocido dentro del mundillo. Parecía que todo iba viento en popa, yo sentía como el hecho de ser novios si había conseguido algo era unirnos más, llenarnos de amor el uno al otro y completar nuestra amistad con una guinda que hacía de la relación una maravilla. Fueron 4 años que pasaron viento en popa a toda vela, y para cuando nos quisimos dar cuenta me encontraba intentando buscar un trabajo que pudiese encajar conmigo y con aquella carrera, lo cual parecía bastante difícil.