martes, 15 de diciembre de 2009

Cartas sin buzón para gente sin destino 3

Pasaban los días y cada uno empezaba a adaptarse a su manera al nuevo ritmo de vida.
Los profesores parecían estar de acuerdo en agobiarte por todas partes con trabajos y más trabajos.
Sin embargo yo intenté llevarlo lo mejor que pude y me centré más en las relaciones sociales.

Oli estaba entusiasmada con la carrera, tanto que leer, tanto por aprender, se abría un mundo lleno de sorpresas que luego nos decepcionarían, pero aquel año todavía eran sorpresas.

Aquella mañana de camino a la universidad, Susan apareció como de costumbre en casa para ir a clase. Y me dijo:
- Quedamos este viernes a las 22 en mi casa nos preparamos y ya vamos al centro vendrá un amigo a recogernos, y ¡¡fiesta!!
- Vale, cuenta conmigo, no sé que me pondré.
- Tráete ropa y probamos en mi casa. Que nervios.
- Sí, que nervios. ¡Ahora tengo clase con mi profesor!
- Ahh…pues en mi clase ya les conocerás pero son guapísimos ya verás este viernes ¡se te va a olvidar todo!

Para eso, todavía quedaban un par de días por delante, y ya pensaría en eso. Ahora solo me importaba llegar pronto a clase. Hoy empezaba el día con mi profesor, George, y estaba de los nervios, aunque él no lo sabía. Los miércoles mi cara rebosaba de alegría.

Llegué antes de tiempo y ya tenía todo preparado para cuando él llegó. Apareció con un jersey beige, unos pantalones oscuros y unos zapaos que parecían de lo más cómodos. Ya nos había mandado un trabajo de investigación, lo cual nos llevaría mucho tiempo, pero viniendo de él, se perdonaba.






Hablé con Oli para quedarnos en la biblioteca para estudiar e ir avanzando con los distintos trabajos. Así que nos quedamos a comer y pasar una tarde de lo más “entretenida”. Entonces con la confianza que había depositado en ella, mi corazón que no podía aguantar más, habló por mí a Oli:
- Te tengo que contar un secreto
- ¿Qué ha pasado?
- No te lo imaginas…
- No, yo que me voy a imaginar…
- Estoy enamorada y no puedo aguantar más.
- ¿De quién, de Halbert?
- No, no, no…¿por qué?
- No por nada…
- ¿te gusta a ti?
- No, bueno ¿de quien?
- Pues es que no sé si debería contártelo pero… de nuestro profesor George.
- ¡No!
- ¡Sí!
- Ja, ja, ja espera dame un segundo.
- No te lo debería haber contado…
- Sí, sí. Es que estoy sorprendida. La verdad es que el es joven, quien sabe.
- Bueno, intento convencerme a mi misma que no puede ser.

viernes, 27 de noviembre de 2009

cartas sin buzón para gente sin destino 2

Susan era el tipo de amiga que no paraba de hablar, optimista ante cualquier situación y una compradora compulsiva. Éramos intimas desde el instituto y vivimos mucho juntas. Ahora empezábamos una etapa nueva en nuestra vida y hoy era el día en que se iniciaba. Aquella mañana fue nuestro primer día como universitarias.

- Hello, ya sé que he llegado antes de tiempo pero es que no me he podido resistir ¿qué tal me ves? te gusta mi nuevo look es lo más in del momento!!!lo llevo pensando varios días.
- Que guapa, y tu ¿qué tal me ves? Ayer me fui de compras, te gusta.

Di una vuelta para que lo viese bien y

- ¡genial vamos!

A las dos nos habían asignado la misma facultad, ¿¿casualidad??, alguien dijo alguna vez que las casualidades no existen, cosa de la que una persona no es consciente hasta que pasa el tiempo.

Así fue el primer día, llegamos aquel sitio tan grande, tan extenso, lleno de edificios y caminos. Los autobuses paraban escupiendo masas de gente que comenzaban el curso al igual que nosotras. Había zonas con césped muy bien cuidado y árboles de una anchura fabulosa. Todo el mundo parecía conocerse y estar feliz de retomar las clases.
Susan y yo nos metimos entre aquella masa con la esperanza de llegar a nuestras clases.
Al edificio al que llegamos era enorme como un palacio. Aquello se dividía en plantas pasillos de los pasillos salían más pasillos de lo que salían escaleras ascensores etcétera.
Preguntamos por nuestra respectivas clases a una persona que parecía trabajar allí y nos indico vagamente por donde estaríamos. Al final después de dar vueltas y más vueltas lo encontramos y nos dividimos. Aquel día fue el principio del fin sin embargo ninguna de las dos lo sabía. Nos dimos un fuerte abrazo y nos deseamos suerte.

Empezaban las clases, era un día emocionante, todo era nuevo, era mi gran oportunidad para borrar el pasado, cambiar y ser alguien mejor. Todo un reto. Las clases fueron más cortas de lo habitual, lo cual nos permitió conocernos. Había mucha gente de todo tipo, yo poco a poco fui conociendo a la clase preguntando, hablando. Me hice muy amiga de una chica llamada Oli, venía desde muy lejos y no sabía muy bien como había acabado en esta carrera, me sentí totalmente identificada y nos llevamos muy bien desde el mismísimo momento en que la saludé.

Sin embargo lo mejor del día y el secreto peor guardado, soy especialista en no guardar secretos ni los míos propios, ese dicho de “irá conmigo la tumba” por mucho que lo intente no lo consigo, es de familia, charlatanes más de la cuenta en lo menos oportuno.
A lo que iba, lo mejor del día y el secreto peor guardado, fue la entrada en mi vida de mi profesor de primera hora. Tenía unos ojos, nada más entrar en clase pude sentir su mirada, esos ojos pardos rasgados, y esa cara…pensé “nunca podré olvidar esa cara”

A la salida quedé con Susan de nuevo para la vuelta y pudimos cotillear largo y tendido de lo ocurrido.

- He conocido a muchísima gente y vamos a organizar una fiesta para conocernos mejor todo. Hay unos chicos guapísimos, estará super bien, te vienes ¿no?.
- Pues…-no me dejó hablar cuando ella se puso ha hablar de todos sus nuevos compañeros. La escuché tranquilamente y entonces llegó a mis oidos
- Bueno ¿y tu qué? Has conocido a gente, espero que no te cortases…
- La verdad es que no te vas a creer lo que me ha pasado, tengo como profesor al hombre más guapo de la universidad…
- Ja, ja, ja no me lo creo.
- Pues sí, el más guapo ya te lo digo yo. Guapísimo, unos ojos, una cara…te hubieses derretido en cuestión de segundos, joven y majísimo. Aparte he conocido a una chica muy maja Oli, te la tengo que presentar. Y bueno a más gente en clase.
- Que bien, pues tenemos que quedar para la fiesta, haber si te llamo el viernes…

Así llegamos al cabo del rato cada una a su casa Susan organizando los eventos fiesteros de aquí a final de curso y yo emocionada de lo ocurrido.

Así con el paso de los días, intenté ocultar mi embobamiento inevitable, e intenté centrarme más en la gente cercana, fui conociendo más a Oli.
A las dos nuestra película favorita era “yo soy Sam” y a las dos nos encantaba viajar. Yo no había viajado mucho en el pasado sin embargo ella había vivido en muchos países, su padre era diplomático, y a ella siempre le gustó, ahora era, como decirlo, multilingüe. Me contaba cosas de África, de la India, Letonia, Chile…, podía estar horas escuchándola hablar, imaginándome aquellos países, la cultura, las personas que vivían, sus indumentarias…

También fuimos hablando con otros chicos de clase y así nos fuimos conociendo, sin embargo con ellos nunca llegue a tener tanta confianza como la que llegaría a tener con Oli. Hablábamos de las clases y la carrera, no tuve la oportunidad de conocer a mucha gente que le gustase seriamente aquello, y era curioso como todos estábamos allí decididos a dar nuestras vidas a algo que nunca llegaría a llenarnos, a encender una chispa en el corazón, o quizás sí.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Cartas sin buzón para gente sin destino (1)

Aquella me levante muy cansada, no había podido dormir en toda la noche.
Y ahora no había remedio ya había que levantarse para empezar un día nuevo.

Medio dormida salí de la cama, así mientras me iba despertando iba buscando a ciegas la ropa que me pondría, no había nada más irritante a esas horas de la mañana que encender la luz, subir la persiana o recibir un buen coro de gritos por los pasillos de casa.

Así inmersa en mi sueño caminaba por mi cuarto a oscuras "donde habría dejado las cosas…" Entonces lo más desagradable pudo ocurrir “hija levántate, ya es hora” y lo que es peor subió la persiana.

Pude ver como estaba lloviendo, era un pueblo precioso y yo misma lo adoraba, extensos valles verdosos en los que puedes dar largos paseos y tirarte al césped a sentir como las nubes pasan por el cielo dibujando todo tipo de formas.

Así un tanto cabreada, al fin encontré mi ropa desperdiga por el suelo. Y fue mientras desayunaba cuando de repente sonó el timbre, era Susan llegaba antes de tiempo. Así pues, dejé el desayuno y me encaminé a las clases.



Bueno , aunque no sé me de mucho, voy a intentar escribir una historia algo más larga de lo habitual no sé cuanto, en fin solo espero que os guste, ya sabeis que se aceptan todo tipo de sugerencias así que no os corteis...un abrazo muy fuerte a todos los lectores de este blog. este es un principio...cuanto será verdad y cuanto imaginación que misterio....

lunes, 9 de noviembre de 2009

Una cara,

Un sueño,

Una ilusión,

La verdad,

La mentira,

El dolor.

Una lagrima invisible transparente recorria su rostro terso y limpio húmedo y agresivo,
enfadado, enfurecido, irritado y dolorido.

Un pelo o dos interrumpían su cara, la querían consolar mas no podían.

Esos finos labios como la seda clamaban justicia, mas nada pasaba.

Todo seguía igual aquel baño tan ruinoso donde cada noche se reflejaba.

Llegada la noche parecía desplomarse, sus ojos se desorbitaban,
un grito detrás de otro.

Ya no podía seguir allí.

La Mala Gata

Esto es un ejercicio que hice hace algún tiempo (un tanto tétrico...)divertido consiste en escribir un texto con una sola vocal por ejemplo la a os animo a intentarlo es un buen ejercicio mental.

La mala gata andaba tras la rata.
La ama amaba a la rata.
La rata matada, la gata manchada.
La ama amaba a la rata,
y ya mataba a la gata más mala atada a la barra.
Para aclarar la mancha lavaba hasta sacarla.
Mas más gatas amaban a la mala gata
Cierro los ojos y creo que estas aquí
Te siento te miro te toco y espero.
Espero un segundo
El frio, un frio helador como el hielo frágil y duro a la vez, nos separa.
Oh sí, que difícil es todo...
Entonces mi cabeza martillea , ese cuarto ese cajón donde estamos, esas paredes que nos rodean todo, todo, todo da vueltas!!
Oh miedo, soledad, distancia miedo
Todo invade el cuarto ese cajón cerrado que a veces tiembla y nos tira al suelo, a la esquina al hielo.
oh ese hielo que nos separa y corta que nos duele y nos quema
oh ese hielo, ese, sí, ese hielo solo se rompe con el querer con el poder con el saber.
Entonces cierro los ojos de nuevo y ahí sigues alma dulce, poetisa y dolorida
quemada como yo por el hielo por el calor de nuestras almas de nuestros cuerpos
Sí, eso ha dolido pero al fin cierro los ojos despacito y te veo en mi sueño

martes, 15 de septiembre de 2009

El frío corría por mis venas,
sentía la caída de la nieve bajo mis hombros.
El cielo encapotado de nubes que apenas me dejaban ver el horizonte,
quizás una montaña,
quizás una ladera ,
quizás un camino al infinito.
Caminé entre la neblina, los pies se me encogían de frío
Para cuando me quise dar cuenta me había adentrado en un gran bosque,
Un bosque que en primavera sería muy frondoso sin embargo ahora las hojas ya se habían marchitado y las ramas mantenían el rumbo al cielo.
Estas se mecían con el viento y silbaban suavemente.
Los árboles con un tronco bien ancho parecía que se interpusiesen en mi camino. Comencé a correr, me sentía atrapada en un laberinto sin salida y cuanto más lo pensaba más me aterrorizaba y más me volvía a asustar.
Pero ¿a donde iba?
Ya lo había olvidado, iba en busca de mi, de mi alma.
Entonces el viento calmo los cantos y las voces de mi interior que me impedían ver quien soy. Se las llevo al horizonte invisible y nublado.
Caí derrotada en el suelo, buscando la respuesta en el viento

sábado, 15 de agosto de 2009

Entre el bullicio de la fiesta aparecías de nuevo ante mi de forma inesperada y sorprendente.
Te quedaste ahí parado a la entrada observando como me escabullía entre la gente.
Yo atenta a los invitados no me percaté de tu llegada.
Era un buen día, habían venido mis padres, a los que hacía años que no veía al igual que mis hermanos con sus familias, íbamos a pasar por fin de nuevo unas vacaciones juntos, luego todos se irían a volver con sus vidas rutinarias sin embargo lo pasaríamos en grande.
Yo estaba pensando en esas cosas, feliz de la alegría que me invadía cuando me di la vuelta y te vi.
Tu silueta inconfundible parecía desmarcarse del entorno, yo en un acto reflejo me di la vuelta no podía ser. Del pasado empezó el cráter de recuerdos a echar lava sin parar. Volvía enfrentar la realidad y ahí seguías. Ibas con ese jersey azul y tus zapatos con ese color indescriptible, ellos me trajeron el pasado al presente en cuestión de segundos.
Me acerqué lentamente para cerciorarme que no tropezaba con un trozo de lava del pasado. Entonces me dijiste “estas guapísima” yo tambaleando como un flan apenas escuchaba lo que decías, la cabeza había vuelto atrás e hipnotizada por tu mirada me acordaba del pasado de todas aquellas veces en las que intentaba que el mito se volviese realidad. Así, trastornada por el pasado volví a mirarte y te dije “ya lo superé, así que no entiendo porque me haces caso si nunca lo hiciste antes”. Y tu me dijiste sin contestar a mis preguntas “déjame que te regale una cosa, ven sígueme”. Me llevo entre los jardines lejos del bullicio y de la gente y me tapó los ojos y me beso. Cuando levanto su mano de mis ojos me dijo “no lo olvides, te quiero, siempre te llevaré dentro”. Y para cuando quise asumir todo lo ocurrido había desaparecido. Yo volvía a la casa y de lejos pude observar la figura de mi marido me dijo “estábamos preocupados no sabíamos donde estabas” yo le dije que estaba tomando el aire y me dijo que era normal que me hubiese agobiado con tanta gente. Entonces me dijo ven tengo una sorpresa me llevo a nuestro dormitorio y saco una caja “feliz cumpleaños” exclamo me dio un abrazo y un beso. Me puse a abrirlo pensando que me habría regalado uno de esos complementos de alguna tienda en la que la dependienta le aconsejaba y el lo compraba como un mandado detestaba ese tipo de regalos y no me había equivocado, una gran pulsera con una piedra bien grande azul turquesa en el centro, me espantó sin embargo lo había hecho con todo su amor, se lo agradecí y sin más me la puse.
Entonces me daba cuenta de lo lejos que estábamos, separados por un abismo.
La calle estaba vacía, la noche ya había caído y yo volvía a casa por esa calle tan oscura, tan mal iluminada, tan desagradable.
A los árboles los azotaban vientos huracanados que hacían volar las hojas que ya habían caído este otoño.
Caminaba tranquila ese camino lo conocía tan bien que sería imposible equivocarme. Me puse los auriculares para hacer leves esos quince minutos, sola, por esa calle abandonada.
Sin querer o por curiosidad no sé bien que fue lo que me llevo a mirar hacia atrás y ver a un hombre. Me extraño tanto por esa calle, a esas horas, no me lo acababa de explicar. Seguí mi rumbo. En un principio no tenía porque desconfiar, mas mi instinto no me dejo en paz y al cabo de un rato fue inevitable el volver a darme la vuelta a ver si seguía o se había desviado por la única calle que quedaba a la izquierda, giré y ahí seguía.
Me empecé a sentir como perseguida, quizás eran obsesiones mías pero no pude evitar acelerar el paso considerablemente, seguía andando pero ahora bastante más rápido.
El viento ahora también azotaba mi cara lo podía sentir, mis labios resecos se cortaban con el frío, mi pelo se entrometía entre ellos y mis ojos. Mi cabeza lo único que me gritaba como si de un loco se tratara era ¡corre, corre!
El tiempo pasaba despacio todo parecía ir lento sin embargo me volví a dar la vuelta y quien lo diría estaba más cerca que antes. Él también había acelerado el paso. Aunque yo aun mantenía cierta ventaja.
Empezó a resonar en mis oídos Patti Smith con su conocida canción “Horses” el ritmo me invadía y una sensación de locura se apoderaba del personaje, de Johny, y pronto de mi como no acabara todo esto pronto. Entonces fue cuando grite, grite con todas mis fuerzas y salí corriendo lo más rápido que pude. Nunca había sido buena gimnasta pero en ese instante no pude evitar correr, solo pensaba en correr. Los cascos quedaron colgando por mis piernas entonces Johny vivía su locura solo. Yo intentaba liberarme de un loco. Giré mi cabeza por un segundo y fue cuando le vi encima mío no daba crédito de lo que estaba ocurriendo.
Corrí como una desesperada que parecía que moriría en el intento. Cuando al fin llegué a la puerta del jardín pero entonces no había acabado. Metí las manos en el bolso, como no repleto de todo tipo de cosas la mitad de ellas estorbos que no usaba mucho, corriendo busqué, mi mente daba vueltas, no podía pensar solo actuar. Un segundo era oro. Al fin aparecieron las llaves, entonces me fue difícil atinar los nervios me impedían tener la mano quieta y era un desagradable cosquilleo el que me hacia temblar de arriba abajo, el hombre se acercaba medio corriendo medio andando al verme que no conseguía entrar, quizás pensó que era un farol pero al fin, casi vuelvo a gritar de alegría la llave encajó a la perfección. Oí entonces como sonaba la paz la tranquilidad. Una vuelta, dos, tres…y al fin se acabo. Cerré la puerta de golpe y salí corriendo a casa.
Llegue y abracé a mi madre fuertemente ya medio dormida y luego la dije “te quiero”.Un mar de lagrimas se derramaron sobre mi cara de la tensión que había pasado de la horrible experiencia que acababa de vivir que quizás nunca olvidaría. Recogí los cascos y Patti Smith acababa ya con su historia y Johny y su locura se alejaban de mí.
Un cajón, un cuarto cerrado sin salida, sin luz, sin color, sin sol, un ser, oscuridad, temor, soledad, ignorancia…..Su vida transcurría en ese cajón, en ese cuarto oscuro, mientras yo podía observarle por un pequeño agujero con una luz tenue donde las halla , apenas veía pequeños movimientos, pequeñas sombras.En ese oscuro cuarto apenas había nada y el tiempo pasaba sin apenas darme cuenta.Observar al ser allí encerrado me quitaba gran parte de mi tiempo , era tan extraño que no paraba de reflexionar acerca de su origen. Él se movía por el cuarto con absoluta limpieza, parecía como si sus ojos alumbraran la noche nunca chocaba y siempre sabía que cogía.Él era un ser ciertamente exótico no era un hombre, no un animal su piel era rugosa, al igual que la corteza de un árbol mas tenia en sus costados un pelaje que le cubría casi todo el cuerpo, su pelaje era blanco, me encantaría haberle tocado, andaba arrastrando los pies como si una fuerza mayor se lo impidiese y le tirase al suelo.En donde se encontraba encerrado había pocas cosas que le dejamos para ver que podía hacer y poco a poco según avanzase en mis investigaciones todo iría progresando y con ello su libertad.En un principio había un viejo armario de madera carcomida, comida variada y ciertas ropas de vestir, quería saber acerca de sus costumbres si es que las tenía y si es así si las compartía con las de los humanos.A él le gustaba esconderse en el armario salir entrar , moverlo , cambiarlo de sitio….a veces se escondía allí con algo de ropa otras veces con comida. La ultima vez que pude verle eso hizo, entró en el armario con un plátano y un mango al cabo del rato salió sin nada, lógicamente pensé que se lo había comido, era una buena señal, luego salio y cogió la ropa mas no sabía para que servia lo pude observar en su conducta primero se acerco a los pantalones unos pantalones muy grandes se acerco lentamente con su pesado cuerpo y al principio no sabía si cogerlos cuando al fin se decidió ya habían pasado un par de horas entonces los restrgo por su cuerpo y de repente vió un agujero y metió un brazo, se divertia estab descubriendo algo insólito el pantalón le acariciaba su piel con la lana y le gustó esa nueva sensación. Luego probó a meter un pie pero eran demasiado pequeños para el entonces decidió que quizás el lugar era esa cabezota, más tarde opto por un jersey con este paso lo mismo se lo restregó por el cuerpo quería sentir su textura e investigo de nuevo por desgracia al jersey no le encontró ninguna utilidad vio el agujero y se lo puso en la cabeza pero luego rápido se lo quito debe ser que le molestaban las mangas, o algo por el estilo por que rápido se deshizo de el, posteriormente agarró el último objeto un sombrero de copa le empezó a dar vueltas y lo tiraba al aire como si quisiera que volase por la nada y se agachaba y lo volvía recoger y metía la mano la sacaba al final decidió que lo mejor para el bonito sombrero de copa era ser un buen frutero ahí metió otro plátano y otro mango, quizás era lo que solía comer.Desde entonces se pasa el día con el pantalón, solo llegué a la conclusión de que es un ser bastante primitivo, pero ciertamente algo racional.
Un camino, una recta que parecía infinita en el horizonte, arena, arena gruesa, mojada, mis zapatos embarrados con alguna que otra piedrita rebelde que se coló en ellos. Una lluvia fina pero intensa. Me mojaba, mi cabello caía sobre mi cara, goteaba, mi cuerpo que se arrastraba por aquel sendero, por aquel camino.
Las hojas navegaban como barquitos entre la lluvia, el otoño había llegado, y con el, él frío.
Una familia pasó, corriendo no querían mojarse, uno de los niños tropezó con mi pierna, pero rápido se incorporo y siguió su rumbo, corriendo.
Fue entonces cuando me paré y miré al cielo, estaba negro, nublado todo el.
Abrí mis brazos y empecé a volar, corrí y di vueltas, volé ¡volé!, respiré ese aire con olor a naturaleza, a realidad.
El camino estaba vacío y los árboles giraban entorno a mí, rápido zumbando fuertemente, los arrastraba una fuerte ráfaga de viento. Los caminitos antes rodeados de flores salvajes ya los cubría una gruesa capa de hojas.
Entonces me senté en una pequeña roca al final del recorrido a esperar que la lluvia acabara conmigo, esperé a que la oscura noche me acogiera entre sus fríos brazos.
Un cuarto envenenado de frío, me agache y fuertemente me mojé la cara. Las 7:30 día nuevo. Tiré de una áspera toalla que encontré a mi derecha y me levante hasta ponerme firme como un soldado de guerra con la cabeza en alto me seque fuertemente la cara. Entonces subí la vista al frente y no pude evitar derramar una de esas pequeñas lágrimas, invisibles, por las cuales mi orgullo y altivez se deshacía poco a poco.
Mis pequeños ojos no tardaron en cerrarse y al abrirse apareció mi imagen reflejada. Podía ver como todo lo que venia guardando toda mi vida se iba desvaneciendo poco a poco. Otra lágrima se derramaba entre mis ojos humedecidos.
Había un par de pequeños pelos que venían en mi ayuda querían consolarme y caían en cascada a lo largo de mi cara unos más cortos, otros más largos….Toda mi frente tersa y suave, mis finas cejas todo en mi veía como se arrugaba, que imagen más estúpida pensé entonces no pude evitar dar un clamor pidiendo justicia, pidiendo perdón por los errores.
Luego todo volvía a la normalidad y entonces todo volvía a su ser, el frío me invadía y me ponía a temblar, los dientes me empezaban a chirriar como si de una pequeña ardilla intentando pelar piñones se tratara y tras ellos fue todo mi cuerpo.
Entonces me di la vuelta y me dije a mi misma que quitaría ese maldito reflejo de mí de la pared, ese pequeño espejo que me entristecía cada mañana, en recuerdo de mi pasado, de mi vida, de mi forma de ser, de mí.

viernes, 26 de junio de 2009

Los ojos se cerraban lentamente, podía ver como poco a poco desaparecías de mi horizonte, nada podía hacer para evitarlo, recordaba tus ojos pero ya no los veía brillar, recordaba tus labios pero ya no los podía sentir...
Poco a poco aquella playa me arrastraba al infinito, allí donde la vida es sueño pues el sueño es una realidad.
Podía sentir el va y ven de las olas, su suave espuma empapaba mis pies, entonces me recorría por todo el cuerpo un pequeño escalofrío, estaba un paso más cerca del lejano infinito.
Avancé a tientas en la oscuridad de mi mente, mis muslos empezaron a congelarse.
La oscuridad asustaba, me aterrorizaba estar sola.
Me preguntaba ¿hasta cuándo?, ¿hasta cuándo tendré que esperar la muerte?
Te quiero, te quise, te querré siempre.
Pero mis ojos ya no podían verte.
Recordaba tus manos acariciando mi cabello. Recordaba los abrazos de cariño, de ilusión...
Pero qué tontería aquello eran solo recuerdos, ahora avanzaban conmigo en el largo camino.
Caminaba lentamente, poco a poco llegue a las profundidades del océano.
Según me iba sumergiendo mi cuerpo se volvía ligero, pero una fuerza superior tiraba de mi hacia abajo. Y bajé, bajé precipitadamente.
Había llegado al paraíso, entonces pude verte de nuevo, pude ver tus ojos, sentir tus labios, rememorar tus abrazos, hundirme entre tus brazos...que bello era el infinito....

martes, 14 de abril de 2009

No tengo palabras
A veces las palabras se las lleva el viento como una hoja recién caída del arbol a mediados de otoño.
Las palabras vuelan por el mundo a otras bocas a otras gentes para formar parte de un algo, de un algo que es la nada.
Más de una vez intentando sentir, intentando decir, intentando expresar las palabras se me volaban de la boca, se las llevaba el viento, entonces como un gato enmudecido no podía sentir, no podía narrar, no podía expresar.
El alma estaba en una carcel no podía volar para llegar a lo alto, para soñar.
Oh, amor, odio, dolor, desataros e invadir mis palabras, contaminad el viento, contaminad las almas.
Oh alma mía sal de ese cuarto y deja que tus impulsos te guíen por el sendero de la felicidad para ser amada.
Esto es una cosa muy triste que escribi hace ya 6 años que todavía me pone los pelos de punta, quizás alguno lo conozca...

EL VELERO DEL DOLOR


Llora mi niño, llora,
deja que la rabia y rencor se desaten en ti,
desahógate y llora,
llora fuerte,
deja que el llanto corra por tú triste y dulce cara,
que tus lágrimas corran,
y llenen tu alma de ese alegre dolor.

Llora mi niño, llora,
llora tan fuerte,
que el llanto:
ese canto tan alegre que te ayuda a seguir,
pero a la vez tan triste que te echa atrás,
haga que el miedo se apodere de ti
y lo que más desees es morir.

Llora mi niño, llora,
que ese velero cargado de lágrimas
tristeza y dolor
te llevará y arrastrará
al mundo de la fantasía
en donde
los sueños se hacen realidad
y los miedos desaparecen.

Llora mi niño, llora
a ese mundo llegarás pronto
y serás feliz
suerte que tienes de llegar .
Yo sigo esperando
que una lágrima salte de mis ojos,
que el llanto se apodere de mí
y me lleve hasta la locura
y la locura me lleve hasta la muerte

Llora mi niño, llora
que ya llegó la hora
y a cada momento estás más cerca
de la más absoluta felicidad

Llora mi niño, llora
y deja que la muerte se apodere de ti
Alguna vez soñé que eras mi héroe
Alguna vez soñé que que tu alma era la mía y se unían unicamente en la eternidad para no despertar nunca más
Un sueño agradable, la inmortalidad de la unión.
Alguna vez soñe que yo estaba dentro de ti y tu dentro de mi
Pero todo esto ya pasó, los sueños se quedaron en el cajón de los recuerdos, en el cajón de los sueños , en el cajón de las cosas imposibles.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Querida Lulú:
La noche está estrellada...¿Recuerdas aquellos versos?, Neruda, que genio.
Una noche blanca inundada de estrellas era la que abarcábamos entonces... ¿recuerdas?
Tus labios brillaban bajo la luz de la luna, en el río nos reflejábamos. Entonces tu pasaste tus dedos como la seda sobre mis labios ásperos y sentí ese calor que nos volvía locos
Como olvidarte, nunca dejé de quererte, nunca olvidé tus palabras, tus gestos fríos que buscaban una acogida.
Oh Lulú ¿por qué emprendiste tu vuelo?
¿Recuerdas? Aquella mañana apareciste tan fría como el hielo, con aquella cara nunca podré olvidar esa cara. Tan pálida como los cuerpos que aspiran llegar a un cielo, a un lugar superior donde los problemas se olvidan y ya todo deja de ser lo que era.
Así apareciste tu.
Tus labios se desplomaban y tu ojos tan profundos como el océano me gritaban quiéreme, pero no me dejabas, no me dejabas llegar a ti.
¿Recuerdas...?¿Cómo te pude permitir tanto, como te pude dejar hacerme ese daño?
Yo estaba ciego hasta la infinidad perdido en un abismo intentando volar sobre la nada, porque era así. Pero te quería como nunca y eso es lo mejor que nunca haya pasado.
Esa mañana te dejé en aquella casa un momento, sí esa casa, una casa costrosa blanca ensuciada por el reloj del tiempo. Sí, tu casa. Solo fue un momento pero ya desapareciste, ya volaste como los pájaros que huyen de los nidos.
Yo no te pude entender, mi cabeza iba más lenta que la tuya. Entonces di marcha atrás en el tiempo y recordé todas tus revelaciones de aquella noche estrellada.
Acudí a tu casa aquella tarde. Las puertas estaban colapsadas por diversos coches, las hojas del otoño ya caían cubriendo todo el pasado de una gruesa capa que nuestro pensamiento machcaría cada vez que volviésemos a recordarlo,achacando no haber luchado más, no haber sido más.
Fueron esas mismas hojas que todo lo cubrían las que me dijeron que al igual que los pájaros habías alzado tu vuelo al cielo.

lunes, 2 de marzo de 2009

una playa,
un hombre,
una estrella,
el mar,
la orilla,
una luna,
dos estrellas,
el mar,
ahora cierra los ojos ¿lo ves?
una playa con forma de semicirculo en una noche oscurecida por la ausencia de calor,
una noche enfriada por el mar,
un hombre, un extraño,un ser paseaba
la orilla, la luna, las estrellas: su norte, su eje
el mar, la tranquilidad, la calma
ahora vuela vuela deja a tu imaginación libre y simplemente sueña
entonces desde lo más profundo del mar despegaban olas
en busca de una orilla, en busca de un sueño, en busca de una fantasía
y cuando parecía que ya llegaban creían tocarte con su espuma la punta de tus pies
quizás un dedo o dos pero no, no era así, eso era un sueño y tu no estabas allí para complacerlas
entonces tan rápido como habían llegado se iban arrastradas por una fuerte resaca de tristeza de desilusión
se habían enamorado de un sueño de algo imposible, de algo que nunca sería una ola, de una fantasía
la arena las susurraba "precaución" pero que precaución puede tomarse cuando solo median sentimientos, impulsos, amor, locura y oscuridad bajo la luz de la luna
un día las olas discutieron junto a la orilla y se embravecieron, un hombre que paseaba por allí se lo llevaron el rencor pudo con todo
y es por eso que las noches en la playa son tan bellas porque las olas dejaron su amor bajo la luna a la arena a las estrellas.
Dejaron todo su amor por TI, quizás irreal porque como ya dije se enamoraron de fantasías que nunca llegaron a saber si de verdad serían así, pero ante todo amaron un sueño, algo imposible que supieron aceptar

sábado, 28 de febrero de 2009

Las estrellas brillaban en el cielo, el campo nevado desierto.
El frío se metía en los huesos, el corazón se paraba, el tiempo se paraba.
La vida daba paso a un renacer.
Me tiré al suelo, cogía puñados de nieve y los estrujaba, hasta sentir la congelación.
Entonces algo de mi ser se perdía y algo nuevo revivía.
Las estrellas tan pequeñas y tan lejanas me sumergían en universo de amor sin frenos, un mundo donde los sueños son realidad, un mundo donde la mentira no existía, donde las estrellas eran mi guía.
Entonces la nieve tan fuertemente estrujada, los sueños fuertemente deseados en un subconsciente salían a relucir en aquella noche.
Me arrastre por ese universo hasta que las fuertes emociones me devolvieron a la realidad, de sueños del subconsciente sin realizar, marchitados por las hojas del otoño que habían apagado su brillo y esplendor.
La realidad de lo posible y lo imposible, la realidad del loco soñador...

martes, 24 de febrero de 2009

Escribimos cada día nuestra historia, cada día que pasa pintamos de alegría y esperanza una nueva página de nuestra vida. Con el ánimo de no rendirnos, para luchar cada día por lo mejor, por intentar ser un poquito más grandes. Poco a poco avanzamos por un sendero sin destino y sin final. Avanzamos hacia el fin que es el principio de la nada nos dejamos arrastrar por el camino. Pero no es el final lo que importa y que tanto atemoriza a todo ser humano, es el intermedio lo que deseamos y debemos vivir. Carpe Diem. La primavera despierta con sus flores, llenándonos de alegrías, entonces todo fluye con rapidez, los ríos corren, los pájaros vuelan, los animales despiertan y todo parece brillar bajo la luz de las estrellas. Nuestro espíritu se desdobla de nuestro cuerpo sale al viento para dejarse llevar por el canto primaveral, se une a otros espíritus libres, a otros espíritus soñadores, que al igual que Juan Salvador Gaviota, luchan por ser más, por llegar a lo más alto, por conocer más, por matar su infinita e insaciable curiosidad. Pero es acaso esta la única y mejor forma de mirar hacia el futuro, algunos pensadores opinan que si y es más que sin estas inquietudes aun estaríamos más atrás de lo inimaginable. Pero a veces una de estas inquietas almas se ve atraído por la paciencia la tranquilidad y el mundo de maravillas que se reviste en el país de las maravillas junto a Caroll y Humpty-Dumpty. Es entonces cuando el mundo se une y aparece el amor en forma de fuego, en forma de ardor, se consume en cada instante, solo se desea. La imaginación se une a la inquietud y un mundo de maravillas baja a la triste realidad tumbado en las alas de un salvador que nos lo muestra con otros ojos para que disfrutemos de esa realidad de la que siempre intentamos evadirnos imaginando alegres primaveras donde el viento sopla suaves canciones a la luz de una luna llena.