sábado, 14 de diciembre de 2013

Aquella noche aparecías como un rayo de luz entre la oscuridad, los pies se hundían en la arena.
Lentamente avanzabas hacia mi, me buscabas sin saberlo.
Te habías enamorado sin quererlo, sin saberlo.
Tus ojos brillaban en la oscuridad.
Yo te veía desde lejos, te estaba esperando.

El mar, la calidez de la arena, las estrellas, todos observamos como llegabas.
 Eras el único haciendo aquel camino. Eras el único que quería que hiciese aquel camino.
A veces parecía que nunca llegarías, a veces como en un desierto parece que ves algo más cerca de lo que crees, estabas lejos.

Ojala supieras que yo estaba al final de ese camino. Ojala supieras que lo único que quería es salir corriendo y abrazarte. Mas yo debía esperarte. Esta vez debía aguardar a que tu corazón llegase al mismo punto que el mio.

Una pequeña mariposa volaba a mi alrededor y por un segundo se poso en mi hombro. La vi y me vio. Fue un instante mágico. Algo que me dijo que aquello cambiaría. 

jueves, 31 de octubre de 2013

Las Fabulas de Esopo-Mondadori






El otro día en busca de un regalo para una buena amiga, me encontré con esta maravilla en una estantería. Es un libro muy bien editado, que cuenta pequeñas fabulas que se leen en un par de minutos. Y que no dejan de poner una pequeña luz en nuestro camino en el día a día.  Recomendable para todos, para reflexionar y disfrutar. 

For you

Allí estabas tu esperando, esperando la llegada de la luz.
La luz que deslumbraría tus ideas, que te revolucionaría por completo, que te haría dejar de ser quien eras, para ser alguien aun mejor. La luz iba a brillar tan fuerte que no dejaría ver las consecuencias de aquello.
Un día inesperado esa luz fuerte y briosa apareció por la puerta, te saludo y tu, solo tu podías entender que aquello no era un simple hola. Sin embargo estabas cegado y no podías ver con claridad, un paso adelante sería una catástrofe el desplome inmediato y un paso atrás se perdería el hechizo de una noche tan  mágica. Si fue en esa noche que me encandilaste, viniste sin ni siquiera yo saberlo y allí estabas tu, esperando, esperando el momento adecuado, dando tiempo a que me adaptase a tanta claridad. Dando tiempo a que las cosas se asentasen, entendiendo que ese simple instante cambiaría nuestras vidas. Un segundo. Una mirada, un reflejo. Ya no seríamos los mismos.

jueves, 2 de mayo de 2013

Una estrella fugaz



Vi como una estrella fugaz se apagaba, su luz desaparecía para siempre en medio de una inmensa oscuridad. El cielo estrellado la había absorbido, aquellas pequeñas estrellas que la rodeaban no querían ser menos. Eran más pequeñas y brillaban menos, necesitaban que aquella luz tan grande desapareciese en la oscuridad, fue así como consiguieron destruirla y borrarla del firmamento. 

Así me sentía aquella noche en aquel descampado igual que aquella luz marchita, buscando otro camino, buscando el camino. En aquel instante el mundo que me rodeaba me impedía brillar, me impedía seguir adelante, o quizás sería mi propia mente la que lo impedía. Sin duda algo fuera de mi control racional lo impedía. 

Se decía tienes que tener un sueño, soñar y volar sobre aquello que más quieres. Mi sueño se había apagado, me pregunto si alguna vez se había encendido y iluminado algún camino. La esperanza perdida y los sueños rotos. Necesitaba desaparecer, desaparecer con aquella estrella que vi, viajar a otro mundo donde poder brillar, dónde no perdiese la estela.