sábado, 14 de noviembre de 2009

Cartas sin buzón para gente sin destino (1)

Aquella me levante muy cansada, no había podido dormir en toda la noche.
Y ahora no había remedio ya había que levantarse para empezar un día nuevo.

Medio dormida salí de la cama, así mientras me iba despertando iba buscando a ciegas la ropa que me pondría, no había nada más irritante a esas horas de la mañana que encender la luz, subir la persiana o recibir un buen coro de gritos por los pasillos de casa.

Así inmersa en mi sueño caminaba por mi cuarto a oscuras "donde habría dejado las cosas…" Entonces lo más desagradable pudo ocurrir “hija levántate, ya es hora” y lo que es peor subió la persiana.

Pude ver como estaba lloviendo, era un pueblo precioso y yo misma lo adoraba, extensos valles verdosos en los que puedes dar largos paseos y tirarte al césped a sentir como las nubes pasan por el cielo dibujando todo tipo de formas.

Así un tanto cabreada, al fin encontré mi ropa desperdiga por el suelo. Y fue mientras desayunaba cuando de repente sonó el timbre, era Susan llegaba antes de tiempo. Así pues, dejé el desayuno y me encaminé a las clases.



Bueno , aunque no sé me de mucho, voy a intentar escribir una historia algo más larga de lo habitual no sé cuanto, en fin solo espero que os guste, ya sabeis que se aceptan todo tipo de sugerencias así que no os corteis...un abrazo muy fuerte a todos los lectores de este blog. este es un principio...cuanto será verdad y cuanto imaginación que misterio....

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